martes, 5 de marzo de 2013

Introducción

Atocha, 8 de febrero de 2013.

Tras un mes buscando el momento oportuno para vernos, conseguimos concertar una entrevista con Gervasio Sánchez. Por precaución, llegamos a Atocha una hora antes de lo previsto, a las 14:30, y nos encontramos con Gervasio al lado del bosque tropical de la estación. El tiempo era oro, pues su tren salía hacia Zaragoza a las 16:45.

Era un día oscuro en Madrid, y las nubes envolvían Atocha, dándole un aire atemporal que, irónicamente, recuerda a las fotos de Gervasio, casi siempre en blanco y negro para mostrar la eternidad de la guerra en el tiempo.

Nuestro entrevistado surgió de entre la multitud con una pequeña maleta de ruedas y una carpeta de gran tamaño bajo el brazo. Vestía con sencillez. Nos dirigimos hacia una pequeña cafetería con vistas al bosque tropical; dos cafés con leche, un cortado y Gervasio, a pesar del frío, un café con hielo.

Nada más sentarnos, Gervasio sonrió y abrió la carpeta que llevaba consigo. En su interior, se hallaba una foto DIN A3 de Ernesto Che Guevara, tomada en Madrid a mediados de junio de 1959, en pleno franquismo. El autor de la fotografía, nos explica, era un viejo amigo suyo que, con 18 años, fue enviado a retratar al mítico guerrillero en su paso por España hacia la Cumbre de los Países No Alineados en El Cairo.

Los nervios iniciales se fueron disipando a medida que Gervasio nos tranquilizaba con su paciencia y buen humor, y tras guardar la fotografía, el periodista cogió nuestra grabadora con una sonrisa, la puso a su lado y dimos comienzo a la entrevista.

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