"Una
lección de Historia para derribar los mitos del franquismo"
(Jesús Miguel Marcos), páginas 32 y 33 de la sección de cultura del diario
Público.
Antes
de comentar este artículo de Jesús Miguel Marcos, redactor de la sección de
Cultura del diario Público, hablaremos, a grandes rasgos, de la (por desgracia)
corta historia de este periódico español.
Público fue
fundado el 26 de septiembre de 2007, de la mano de Jaume Roures (empresario y
productor cinematográfico español, y accionista mayoritario del periódico),
Tatxo Benet, Toni Cases, Juan Pedro Valentín (periodista español) e Ignacio
Escolar (blogger, periodista, y director de "eldiario.es").
Con
una línea editorial claramente izquierdista, republicana y laica, se consolidó
como uno de los periódicos nacionales con mayor tirada.
El
24 de febrero de 2012 publicó, por última vez, su edición impresa; asimismo, la
edición digital sigue en activo.
Hecho
este preámbulo, pasaremos a comentar el artículo de Jesús Miguel Marcos:
"Una lección de Historia para derribar los mitos del franquismo",
cuyo enlace a la versión digital del periódico adjuntamos: "Una lección de Historia para derribar los mitos del franquismo"
Jesús Miguel Marcos
parafrasea a Goebbels con su famosa frase "Una mentira mil veces repetida
acaba convirtiéndose en verdad no discutida". En esta línea, pone como
ejemplo el caso de Bush y la famosa guerra de Irak, cuando convenció a media
América y medio mundo de que había bombas de destrucción masiva en el país
asiático a fuerza de repetirlo hasta la saciedad.
Hace
alusión a Ángel Viñas, historiador,
economista y diplomático español, que, en su actual tarea de coordinar una obra
colectiva sobre la Segunda República, la Guerra Civil y el franquismo, ha de hacer
un parón para atender otra prioridad: aclarar lo disparatado que es el "Diccionario Biográfico español"
de la Real Academia de la Historia (financiado con 5,8 millones de euros de
fondos públicos, añade Jesús Miguel Marcos), con un claro tinte franquista en
sus acepciones.
La
contra respuesta que coordina Ángel Viñas con hasta 33 historiados, el
"contradiccionario", titulado "En el combate por la Historia", incluye un exhaustivo análisis
"temático y biográfico" de la Historia de España entre los años 1931
y 1975; a Ángel Viñas (y, probablemente, a los colegas que le han ayudado en
este proyecto) le parece inaudito que se exalte de una manera tan feroz el
franquismo, que se distorsione con tanta facilidad el pasado y que, por este
afán de suavizar lo que fue una dictadura, los ciudadanos españoles (sobre todo
los jóvenes, recalca Viñas en el prólogo de la obra a la que tuvo acceso el
diario Público) desconozca que la dictadura franquista fue la segunda más
sangrienta de Europa, precedida por la soviética.
Entre
algunos de los mitos de la figura del dictador Franco que se desacreditan tanto
en este artículo como en el libro "En el combate por la Historia", en
el que se basa Jesús Miguel Marcos para hacer este interesante reportaje, encontramos
el galardón que se colgó al general por ser "una de las mentes más
brillantes de entre los gobernantes del siglo XX", y un ejemplar
estratega; el mito se desmonta alegando que es simple mistificación de la
persona del dictador, en el afán de "un puñado" de actuales
historiadores y trabajadores de los medios de comunicación (qué decir de
Intereconomía) de santificar la vida, obra y dictadura de, como recuerda en
varias ocasiones Jesús Miguel Marcos en su reportaje, el portavoz de la segunda
dictadura más sangrienta de Europa.
Hecho
el resumen de este artículo, a continuación, a comentarlo.
En
primer lugar, empezar diciendo que ya no debería sorprender a nadie que este
tipo de proyectos se financien con dinero público, de los contribuyentes;
podríamos poner un sin fin de ejemplos, pero el que nos parece más esclarecedor
en cuanto a instituciones financiadas con el dinero de todos los españoles es
ya un clásico: la Corona. Mientras la crisis financiera y económica ahoga los
cuellos de casi todos los españoles, los recortes amenazan con acabar con lo
poco que queda de algo que se llamaba, en tiempos que parecen demasiado
lejanos, "estado de bienestar"; mientras el Gobierno Popular,
encabezado por Mariano Rajoy, recorta en
sanidad, educación y servicios sociales hasta 10.000 millones de euros, se
siguen financiando proyectos como el "Diccionario biográfico español"
(que aunque comparando cifras, ascienda a la suma de 5,8 millones de euros, lo
cual parece una minucia, qué bien habría venido, por ejemplo, ese dinero para
la educación o la sanidad) o la Familia Real, con 8,26 millones de euros (recordemos
que un 2 por ciento menos que en 2011).
Queda
patente que, por desgracia, no es de extrañar que la financiación de proyectos
de esta índole sea pública; y solo hay que echar un vistazo a nuestro alrededor
para darnos cuenta de que, en esta España dividida en dos bandos, tampoco es de
extrañar que el contenido de este "Diccionario biográfico español"
también sea público: el pasado 20 de noviembre empezó a gobernar a esta nación
un partido no solo derechista, sino también con un claro corte católico
(apostólico y romano), xenófobo, homófobo y, en definitiva, conservador. Que
uno de los fundadores de este partido, el "PP", fuese ministro de
Francisco Franco (el recientemente fallecido Manuel Fraga), o que nuestro Jefe
de Estado, Juan Carlos I de Borbón, fuese elegido a dedo por el dictador, hace
patente que la democracia española se creó sobre unos cimientos más que poco
sólidos, podridos; en conclusión: la dictadura franquista sigue siendo el pan
nuestro de cada día, miremos por donde miremos. Ahí sigue su tumba, en medio de
la sierra madrileña, mandada construir a aquellos "rojos" que habían
sobrevivido, como de un faraón protegido por los dioses se tratase; ha
renacido, en algunos bares de nuestro país, plasmada su cara en un cartel en el
que se puede leer "Jodeos, pero al menos conmigo se podía fumar"; por
ahí sigue pululando su bandera, en el aniversario de su muerte, en el día de la
Hispanidad o incluso en las manos de ultras en partidos de fútbol...
El
franquismo sigue viviendo en los corazones de muchos más de los españoles de
los que, seguramente, nos creemos; podríamos aludir lo envejecida que se
encuentra nuestra población, que seguramente un sector muy elevado de los
fieles a Franco durante su dictadura sean los ancianos que vemos por los
parques en las mañanas, pero, por desgracia, la juventud también vive anclada
en un pasado que ni si quiera le ha tocado vivir, heredando mentalidades
retrogradas de una dictadura que nos aisló del verdadero sentir del siglo XX.
Con
este sencillo análisis de la realidad, ¿a quién le extraña que siga habiendo
proyectos que ensalcen la figura de un dictador que ha sabido seguir generando
reclutas y opositores después de más de treinta años de su muerte?
Con
lo que nos deberíamos quedar de este reportaje de Jesús Miguel Marcos es con la
cara opuesta de la moneda: todavía hay gente con criterio histórico y ético,
como Ángel Viñas y sus 33 colegas, que pretende hacer justicia, como añade
Marcos al final de sus líneas, esta vez sin sangre.
MJ
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